diciembre 4, 2025

¿Por qué el liderazgo positivo es la respuesta de LATAM a un mundo en cambio?

Redacción 

 

Ciudad de México.— América Latina atraviesa una de las etapas de transformación más profundas de las últimas décadas. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2025), la región enfrenta desafíos complejos como desigualdad persistente, entornos laborales inciertos, creciente polarización social, presiones económicas, aceleración tecnológica, migración y nuevos valores generacionales que exigen modelos de liderazgo más inclusivos, humanos y sostenibles.

Asimismo, el Informe Anual de la Fundación Carolina en su emisión 2024-2025, advierte que América Latina está en una encrucijada: los riesgos son elevados (inseguridad, crisis democrática, debilidad institucional), pero asegura que también existen oportunidades para reforzar las instituciones, fortalecer la participación política y avanzar hacia un desarrollo más justo y sostenible.

​Frente a estas condiciones, el liderazgo tradicional —enfocado únicamente en la productividad y la toma unilateral de decisiones— ha demostrado ser insuficiente. Tan solo basta con observar que a nivel social, la desigualdad histórica y la frustración ante la falta de oportunidades han erosionado la confianza pública. En diversos países de LATAM, esta pérdida de confianza aumenta la polarización social y profundiza la fragmentación comunitaria. Esto debilita el tejido social y repercute directamente en los entornos laborales: surgen tensiones, desgaste emocional y dificultades para construir cohesión. 

Por ello, Latinoamérica necesita líderes capaces de generar bienestar, confianza y sentido de propósito compartido. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Zulia (2021), el liderazgo positivo es un enfoque de gestión que se centra en desarrollar el bienestar, las fortalezas y el potencial de las personas para generar resultados sostenibles. Fundamentado en la psicología positiva y la ciencia del comportamiento, busca crear entornos laborales basados en confianza, resiliencia, propósito compartido y relaciones constructivas. Por lo que representa una herramienta estratégica frente al cambio, tal como sucede en el contexto de LATAM.

A nivel organizacional, la ciencia del comportamiento, la psicología positiva y la gestión del talento han documentado por más de dos décadas que los entornos basados en bienestar, propósito y relaciones de confianza no son soft skills, sino indicadores directos de desempeño sostenible. Investigaciones de autores como Kim Cameron (2008, 2011, 2013, 2021), Barbara Fredrickson (2009, 2025) y el propio movimiento internacional de Organizational Positive Scholarship demuestran que los equipos que operan bajo modelos de liderazgo positivo manifiestan características como mayor resiliencia ante la incertidumbre, incrementos significativos en motivación y colaboración, reducción del desgaste emocional (burnout), mayor creatividad e innovación y culturas organizacionales más estables y comprometidas.

En América Latina, este enfoque no sólo es pertinente: es urgente. La región posee características únicas que pueden potenciarse a través del liderazgo positivo, como su fuerte sentido comunitario, resiliencia histórica ante la adversidad, diversidad cultural y medioambiental, talento joven, y una creciente valoración del bienestar integral entre las nuevas generaciones. Estas fortalezas, bien canalizadas, pueden traducirse en ventajas competitivas para las empresas y en oportunidades de desarrollo para sus comunidades.

El liderazgo positivo se convierte, así, en una herramienta clave para fortalecer la cohesión en sociedades fragmentadas, impulsar culturas de alto desempeño en economías de bajo crecimiento, potenciar el talento en entornos con brechas educativas y digitales, fomentar innovación en contextos de baja productividad y generar resiliencia organizacional ante crisis sociales, económicas y ambientales.

Así, en este contexto latinoamericano tan exigente, Tecmilenio impulsa una solución educativa alineada a las demandas actuales: la Maestría en Liderazgo Positivo (MLP), dirigida por Alejandra Preciado, que integra evidencia científica, herramientas prácticas y un enfoque centrado en el bienestar integral. El programa prepara a líderes capaces de generar impacto real en sus equipos y comunidades, formando profesionales que combinan estrategia, empatía y visión transformadora.

“El liderazgo positivo no es una moda; es la respuesta necesaria para construir organizaciones sanas en contextos complejos como América Latina”, afirma Preciado y agrega que “Formar líderes conscientes, estratégicos y con propósito es nuestra apuesta para transformar no sólo empresas, sino comunidades”.

A través de la MLP, Tecmilenio contribuye a una nueva generación de líderes preparados para enfrentar la complejidad del presente, impulsar culturas organizacionales humanas y sostenibles, y aprovechar los talentos y fortalezas que hacen de América Latina una región con enorme potencial para el futuro.

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