Por Redacción
Lo que comenzó como una candidatura disruptiva a la magistratura penal del Poder Judicial del Estado de México se ha convertido en un movimiento social que crece día con día. Christian Aldrete, académico penalista y activista de la legalidad, ha sabido conectar con una ciudadanía harta de privilegios judiciales, corrupción institucional y sentencias dictadas por intereses ocultos.
Su bandera es clara: Justicia Rebelde, un llamado directo a desmantelar el viejo régimen judicial desde las urnas. Sin compromisos políticos, sin herencias de poder ni estructuras de protección, Aldrete ha recorrido universidades, foros ciudadanos y espacios públicos donde su mensaje ha calado hondo: “En un sistema roto, no queda otra cosa más que rebelarse”.
Especialmente entre los jóvenes, su discurso ha prendido como pólvora. Universitarios de distintas facultades de Derecho, Ciencias Políticas y Criminología han hecho suyo el lema de la campaña, compartiéndolo en redes sociales, organizando círculos de discusión y exigiendo que, por fin, los jueces y magistrados respondan al pueblo y no a intereses oscuros.
Aldrete representa una generación que ya no se conforma con el silencio ni con las formas. Con solo 35 años, ha construido una trayectoria académica sólida, alejada de los vicios tradicionales del poder judicial. Su candidatura es, en palabras de sus propios seguidores, “la voz de quienes nunca han tenido voz en los tribunales.”
En un contexto donde la confianza en el sistema de justicia está por los suelos, la irrupción de este movimiento no es una anécdota: es una advertencia de cambio.
Este 1º de junio, Aldrete no solo busca un cargo: busca encabezar una rebelión jurídica, pacífica, pero implacable.
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